martes, 29 de marzo de 2011

EL PRIMER CARRO

Carlos Coriolano Amador puso a rodar en Medellin, en 1899, un De Dion Bouton, importado con todo y chofer desde París.

Su traída fue una odisea. Llego en cajas a Puerto Colombia y siguió la ruta del río Magdalena hasta Puerto Berrio, en Antioquia.

Continuo a loma de mula y se atasco en Barbosa. Coriolano Amador no pudo coronar su sueño de entrar a Medellin en un coche sin caballos.  El final del recorrido tuvo que hacerse a hombros de hombres. El De Dion Bouton era un automóvil chiquito, de dos puestos, descubierto y de poca fuerza. Ideal para calles planas y asfaltadas de París pero poco practico para las nuestras, empedradas y empinadas, por aquel entonces.
El estreno se hizo el 19 de octubre de 1899, el día en que estallo la Guerra de los Mil Días. Amador salio de su casa y muchos curiosos se apostaron en la acera para ver el extraño y elegante chofer, contratado por Amador en Francia, conduciendo el carro. Este recorrió normalmente varias cuadras, pero al llegar cerca al Parque Berrio el vehículo se averio y todos los esfuerzos del conductor por arreglarlo fueron inutiles. Pero había llegado el primer carro a Colombia.

CABLE MARIQUITA - MANIZALES

Comunicaba estas dos ciudades por aire. Con sus 72 kilometros atravesaba los Andes y durante cincuenta años fue el cable más largo del mundo. Empezó a funcionar en 1923para transportar café y gente.ç

Fue una de las más importantes obras de ingeniería realizada en Colombia, realizada como respuesta a la difícil topografía de la región que dificultaba la construcción de un ferrocarril.



LA LEYENDA DEL BANDIDO QUE ASALTABA EL CABLE MAS LARGO DEL MUNDO

Reinaldo Aguirre Palomo era el nombre del temible bandido. Sabía con exactitud la hora y el lugar en que el cable paralizaba sus actividades, especialmente por las noches, cuando se suspendía la electricidad que lo impulsaba, y allí aparecía puntualmente montado en su caballo alazán y acompañado de sus cuatro o cinco pistoleros, tan buenos jinetes y tiradores como su propio jefe, y en cuestión de pocos minutos se apoderaba del ansiado botín, para desaparecer luego entre los rastrojales y las montañas que rodeaban la región. No valía que la empresa cambiara horarios en la suspensión del fluido eléctrico. Porque todo lo sabía este bandido a quien el pueblo terminó por llamar simplemente el "Palomo Aguirre". El Palomo Aguirre repartía su botín con las gentes menesterosas de la región. Era una especie de Robin Hood criollo. La gente del pueblo lo quería, lo admiraba, lo escondía en sus casas y, sobre todo, lo tenía permanentemente informado sobre la persecución de la policía y del ejército.